¿El resultado? Espacios llenos de luz, buen gusto y mucho carácter mediterráneo, firmados por el prestigioso estudio de diseño neoyorquino Meyer Davis, que ha sabido capturar esa mezcla única de mar, montaña, curvas de Gaudí y calles con historia.
Aquí no hablamos solo de camas cómodas y buenas vistas (que también), sino de una experiencia sensorial total. Las habitaciones orientadas al mar te abrazan con tonos arena y luz cálida, mientras que las que miran hacia la montaña te envuelven con colores terrosos inspirados en Collserola. Todo fluye con una distribución más abierta, espejos estratégicos y luz natural en cada rincón.
Pero eso no es todo. El diseño juega con opuestos: líneas rectas y formas orgánicas, sobriedad catalana y toques exóticos. Detalles hechos a mano como los cabeceros de Lorena Canals o las piezas cerámicas de Rosa Cortiella añaden ese toque artesanal que convierte cada habitación en única.
Y si creías que el confort se quedaba en el colchón, piénsalo otra vez. Hay sonido envolvente, controles de luz y cortinas desde la cama, y hasta grifos de agua osmotizada para olvidarte de las botellas de plástico. Sí, aquí hasta el planeta duerme tranquilo.
“El objetivo no era solo rediseñar habitaciones, sino emocionar al huésped y conectar con la verdadera esencia de Barcelona”, dice Renato de Oliveira, director general del hotel. Y vaya si lo han conseguido.
Meyer Davis lo resume así: “Queríamos que cada superficie contara una historia, que cada espacio reflejara la energía de la ciudad”. Y lo han logrado: diseño top, alma local y ese ‘algo’ que solo se respira en Barcelona.
Con estas nuevas habitaciones, el Hotel Arts no solo renueva su imagen, sino que se reafirma como uno de los lugares más irresistibles del mapa para quienes buscan lujo con personalidad, vistas al Mediterráneo y una experiencia que no se olvida.
Bienvenidos a la nueva era del Hotel Arts. Más barcelonés. ¡Más tú!
Texto_Josep Ventura