¿La tripa cervecera también sale con la cerveza sin alcohol?

Si te has preguntado, más de una vez, esta misma pregunta y no has encontrado respuesta, ya va siendo hora de que abramos este melón. 

Y es que con estos calores, y las ganas de terracear hasta dejar nuestros cuerpos bien hidratados, es normal que nos asalte esta pregunta cada vez que nos acercamos a la barra o pedimos al camarero nuestra próxima ronda. ¿Debería pasarme a la sin alcohol? ¿Evitaré esa tripa que tan mal queda con esos bañadores ideales que me he comprado o con ese pareo a juego con mi camisa Oxford tan clasiquito pero molón?

Puede que para algunos la tripa cervecera sea una fantasía que les encienda en sus momentos de mayor intimidad, para otros un castigo con el que llevan años lidiando y para otros una circunstancia temporal, por haberse dejado un poco, y haber permitido que ese exceso de peso alrededor del abdomen se esté extendiendo cual hiedra peleona e invasora. 

Lo primero a tener en cuenta es que este tipo de disposición puede ser genética y, ante eso, poco se puede hacer. Desde que nacemos, y nuestro cuerpo se va formando, nos vamos dando cuenta de qué zonas de nuesto cuerpo tienen más facilidad para engordar, adelgazar o quedarse igual. Unos patrones que, quizá, pueden ir cambiando con la edad, el ejercicio que hagamos, nuestras hormonas o el tamaño de nuestro pastillero frente a pequeñas enfermedades o trastornos propios del ir cumpliendo años. Con esto, podríamos creer o pensar, que nuestra tripa (a la que llamamos cervecera) tenga que ver con los factores indicados y no por el alcohol en sí mismo. 

Pero, eh, ¡cuidado! Que no te hemos dicho que la cerveza sin alcohol no engorde, porque claro que lo hace. Si sales con tus colegas y te vuelves con 5 o 6 cervezas de vuelta, sabrás que habrás ganado unas 400/500 calorías, más o menos, que no tenías. Ya sabes, el poder acumulativo. 

¿Entonces queremos decir que tanto monta, monta tanto la sin alcohol como la normal? Hombre, pues no. Mientras que con una cerveza al uso estarías metiéndote unas 140 calorías, y con algunas light en torno a 90/100, con las 0,0 estaríamos en torno a las 60/70 calorías. Si a eso le unes que al no tener grados, no sufres la pérdida de inhibición, que sufres con el alcohol, y evitarías malograr tu sueño nocturno (lo que te llevaría a desequilibrios en tu rutina alimenticia y en en tu energía), pues sería una buena opción si no quieres decirle no a una cerveza bien fresquita ni te apetece sentir ese mareillo que te acabará confundiendo. Al final, tu higado te lo agradecerá y tu abdomen no te quiero ni contar. Eso sí, siempre con moderación. 

Texto_Bru Romero